GRAN HERMANO, GRAN PROGRAMA
Gran Hermano sigue siendo el rey de los realities shows. El pasado jueves finalizó la sexta edición del controvertido concurso en la que el alicantino Juanjo se alzó con la victoria. Y una temporada más, sus resúmenes y sus galas nocturnas se han colocado entre los espacios más vistos de cada día.
Muchas personas cuestionan la calidad de este reality y lo sitúan al frente de la telebasura, yo no niego que no tenga algo de ello, pero considero al mismo tiempo que un concurso que permanece en pantalla tras 6 temporadas con una cuota de pantalla media del 29% no puede ser un mal programa.
No lo es porque es un experimento sociológico que demuestra como pueden convivir un transexual, un gitano, un pijo y una asturiana que habla bable. No lo es porque en él hay pruebas que lo mismo resultan constructivas, como por ejemplo enseñar las claves de la constitución europea o recordar el 400 aniversario de nuestra obra más universal “Don Quijote de la Mancha”, a que predican valores de esta vida como la competitividad, el afán de superación o la deportividad. No lo es porque tiene un gran equipo que sabe realizar buenos castings, escuchar y aconsejar a los concursantes con mucha neutralidad, montar unos vídeos amenos (claves en el éxito de los resúmenes) e idear reglas que sorprenden año tras año. No lo es porque difunde grandes mensajes al público joven, como por ejemplo que en la vida se puede sobrevivir con muy poco, sin nuestros caprichos cotidianos, o que el tabaco es un mal vicio. Y no lo es porque tiene la mejor presentadora de la televisión española, Mercedes Milá, una mujer que escucha y pone a cada uno en su sitio sin perder la compostura.
Son muchos motivos para que los espectadores de este concurso sigan avergonzándose de que lo ven y lo nieguen. Yo lo único que cuestiono de este concurso es el vencedor de este año, mi ganadora es Dulcinea."
Muchas personas cuestionan la calidad de este reality y lo sitúan al frente de la telebasura, yo no niego que no tenga algo de ello, pero considero al mismo tiempo que un concurso que permanece en pantalla tras 6 temporadas con una cuota de pantalla media del 29% no puede ser un mal programa.
No lo es porque es un experimento sociológico que demuestra como pueden convivir un transexual, un gitano, un pijo y una asturiana que habla bable. No lo es porque en él hay pruebas que lo mismo resultan constructivas, como por ejemplo enseñar las claves de la constitución europea o recordar el 400 aniversario de nuestra obra más universal “Don Quijote de la Mancha”, a que predican valores de esta vida como la competitividad, el afán de superación o la deportividad. No lo es porque tiene un gran equipo que sabe realizar buenos castings, escuchar y aconsejar a los concursantes con mucha neutralidad, montar unos vídeos amenos (claves en el éxito de los resúmenes) e idear reglas que sorprenden año tras año. No lo es porque difunde grandes mensajes al público joven, como por ejemplo que en la vida se puede sobrevivir con muy poco, sin nuestros caprichos cotidianos, o que el tabaco es un mal vicio. Y no lo es porque tiene la mejor presentadora de la televisión española, Mercedes Milá, una mujer que escucha y pone a cada uno en su sitio sin perder la compostura.
Son muchos motivos para que los espectadores de este concurso sigan avergonzándose de que lo ven y lo nieguen. Yo lo único que cuestiono de este concurso es el vencedor de este año, mi ganadora es Dulcinea."
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ana -