LA TELE DEL VERANO
Cada año con el calor llegan las terrazas y chiringuitos, la playa y la montaña, las fiestas populares, las canciones absurdas, los ligues de verano, los aires acondicionados y para los teleadictos, la tele del periodo estival, una programación que invita a otras actividades más gratificantes como echarse la siesta o refrescarse en la piscina. A continuación repasamos los rasgos que hacen tan peculiar y tradicional a la tele en verano.
Por la mañana reposición de series juveniles americanas y de dibujos animados para los niños y jóvenes, aunque los chavales ya hayan visto todos los capítulos de Los vigilantes de la playa o de Hamtaro, por poner dos ejemplos. Claro esta que el público del resto del año en esta franja horaria, entre los que se encuentran marujas y jubilados, en verano también existe, por eso Por la Mañana o El Programa de Ana Rosa no descansan. La audiencia perjudicada en la mañana es aquella preocupada en saber lo que ocurre en el mundo, ya que los espacios informativos desaparecen de la parrilla hasta septiembre, como si todos los que los viéramos, tuviéramos posibilidad de desconectar todo el verano en la playa.
Por la tarde a primera hora hace mucho calor y hay más público en casa, por eso los programadores apuestan por engancharnos a todos a un culebrón cuyo desenlace coincide, transcurridos unos tres meses, justo cuando hay que volver a la rutina y remite el bochorno. En ese tramo horario y hasta bien avanzada la tarde los programas de cotilleo nos dan envidia de lo que gozan los famosos en la playa, los yates y las discotecas. Historias sin trascendencia y los concursos que entretienen todo el año completan la franja vespertina.
Por la noche, mas programas de famosos que nos cuentan su vida, concursos populares para toda la familia como el Grand Prix con ingredientes de los que estamos hartos como Ramón García o la patata caliente, concursos festivaleros como Operación Triunfo, Gente de Primera o Mira quien baila porque en esta época es cuando más frecuentamos verbenas, programas de zapping para que las cadenas no gasten demasiado en producción ante la baja audiencia del periodo estival, series americanas que no encuentran hueco el resto del año en la parrilla y episodios repetidos de las nuestras para nostálgicos y para enganchar nuevos forofos al comienzo de la siguiente temporada.
Y el fin de semana más de lo mismo, aunque como todo el año también predominan las películas repetidas, tripitidas...
En definitiva, las cadenas arriesgan poco, no innovan y no les merece un respeto la audiencia que apenas puede salir de su hogar y tampoco algunos presentadores condenados a ser los sustitutos y trabajar en vacaciones como Yolanda Flores, Alejandra Navas o Marta Torné. ¡La tele es igual todos los veranos!
Por la mañana reposición de series juveniles americanas y de dibujos animados para los niños y jóvenes, aunque los chavales ya hayan visto todos los capítulos de Los vigilantes de la playa o de Hamtaro, por poner dos ejemplos. Claro esta que el público del resto del año en esta franja horaria, entre los que se encuentran marujas y jubilados, en verano también existe, por eso Por la Mañana o El Programa de Ana Rosa no descansan. La audiencia perjudicada en la mañana es aquella preocupada en saber lo que ocurre en el mundo, ya que los espacios informativos desaparecen de la parrilla hasta septiembre, como si todos los que los viéramos, tuviéramos posibilidad de desconectar todo el verano en la playa.
Por la tarde a primera hora hace mucho calor y hay más público en casa, por eso los programadores apuestan por engancharnos a todos a un culebrón cuyo desenlace coincide, transcurridos unos tres meses, justo cuando hay que volver a la rutina y remite el bochorno. En ese tramo horario y hasta bien avanzada la tarde los programas de cotilleo nos dan envidia de lo que gozan los famosos en la playa, los yates y las discotecas. Historias sin trascendencia y los concursos que entretienen todo el año completan la franja vespertina.
Por la noche, mas programas de famosos que nos cuentan su vida, concursos populares para toda la familia como el Grand Prix con ingredientes de los que estamos hartos como Ramón García o la patata caliente, concursos festivaleros como Operación Triunfo, Gente de Primera o Mira quien baila porque en esta época es cuando más frecuentamos verbenas, programas de zapping para que las cadenas no gasten demasiado en producción ante la baja audiencia del periodo estival, series americanas que no encuentran hueco el resto del año en la parrilla y episodios repetidos de las nuestras para nostálgicos y para enganchar nuevos forofos al comienzo de la siguiente temporada.
Y el fin de semana más de lo mismo, aunque como todo el año también predominan las películas repetidas, tripitidas...
En definitiva, las cadenas arriesgan poco, no innovan y no les merece un respeto la audiencia que apenas puede salir de su hogar y tampoco algunos presentadores condenados a ser los sustitutos y trabajar en vacaciones como Yolanda Flores, Alejandra Navas o Marta Torné. ¡La tele es igual todos los veranos!
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