NUEVOS CANALES
Hace unos días la vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega reafirmaba las declaraciones que hizo en su día José Luis Rodríguez Zapatero indicando la posibilidad de conceder dos nuevas licencias para canales de televisión privada.
Posteriormente, el ministro de Industria pedía calma, ante los importantes cambios que produjo el anuncio en la cotización bursátil de las cadenas privadas, diciendo que la reforma se produciría a largo plazo y que no había nada decidido al respecto. Y es que había quien decía que las dos licencias serían una para emitir la programación de Canal + en abierto y la otra para Recoletos (Grupo empresarial al que pertenece el diario Marca).
Si eso fuera así, eso no sería una reforma sino una revolución. Los telespectadores podrían ver películas recién salidas de las salas en abierto, seguir la liga de fútbol los domingos desde casa (sin tenerse que ir al bar) y los cracks televisivos recalarían en la cadena de Polanco.
Pero no todo sería tan maravilloso, si en la actualidad la ideología del Grupo Prisa controla muchas veces la opinión pública del país por su liderazgo en radio y prensa en papel ¿que podría pasar si dominara también el medio de comunicación más influyente? Entonces el monopolio si que sería total, España seguiría el modelo de Berlusconi en Italia.
Podría corromperse hasta Zapatero, llegaríamos a ver a Pedro J. Ramírez entrando en un reality de la cadena de estos de famosos acabados (tipo La Granja o Gran Hermano Vip) y los nuevos ídolos ya no serían Bisbal y Chenoa sino Manu Carreño y Ana García Siñeriz.
Menos mal que Montilla afirmó que la reforma va para largo y para los que somos de pueblo, seguro que como ocurrió cuando llegaron las privadas, para muy largo.
Posteriormente, el ministro de Industria pedía calma, ante los importantes cambios que produjo el anuncio en la cotización bursátil de las cadenas privadas, diciendo que la reforma se produciría a largo plazo y que no había nada decidido al respecto. Y es que había quien decía que las dos licencias serían una para emitir la programación de Canal + en abierto y la otra para Recoletos (Grupo empresarial al que pertenece el diario Marca).
Si eso fuera así, eso no sería una reforma sino una revolución. Los telespectadores podrían ver películas recién salidas de las salas en abierto, seguir la liga de fútbol los domingos desde casa (sin tenerse que ir al bar) y los cracks televisivos recalarían en la cadena de Polanco.
Pero no todo sería tan maravilloso, si en la actualidad la ideología del Grupo Prisa controla muchas veces la opinión pública del país por su liderazgo en radio y prensa en papel ¿que podría pasar si dominara también el medio de comunicación más influyente? Entonces el monopolio si que sería total, España seguiría el modelo de Berlusconi en Italia.
Podría corromperse hasta Zapatero, llegaríamos a ver a Pedro J. Ramírez entrando en un reality de la cadena de estos de famosos acabados (tipo La Granja o Gran Hermano Vip) y los nuevos ídolos ya no serían Bisbal y Chenoa sino Manu Carreño y Ana García Siñeriz.
Menos mal que Montilla afirmó que la reforma va para largo y para los que somos de pueblo, seguro que como ocurrió cuando llegaron las privadas, para muy largo.
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