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La caja divertida

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EL MAREO DEL TELESPECTADOR

<b>EL MAREO DEL TELESPECTADOR</b>

La serie de Antena 3 “Lalola” ha provocado en pocas semanas un baile de programas en la parrilla de sobremesa de Tele 5 que se adelantaban o retrasaban con el objetivo de que la cadena de San Sebastian de los Reyes no asiente este nuevo serial en su programación, pero el efecto conseguido ha sido el contrario, “Lalola” empieza a tener un público fiel, y los espacios del canal de Fuencarral han perdido espectadores atraídos por la nueva oferta y “Amar en tiempos revueltos” o despistados como es lógico con los nuevos horarios.

 

Estos cambios basados en un adelantamiento de “Yo soy Bea” con cataclismo incluido, primero, la creación de una edición de sobremesa de “Esta pasando” que ha fracasado en esa franja y ha hecho disminuir los telespectadores que tenía en la tarde, después, y la sustitución fugaz de la primera parte del programa del tirantes y la otra por “Hombres y mujeres y viceversa”, ahora, es una falta de respeto tremenda a la audiencia. Vasile y su tropa ya no necesitan que sus programas se hundan para hacer movimientos, los hacen igualmente si sus espacios son líderes o sacan cuotas muy dignas con tal de fastidiar los estrenos innovadores de la competencia. Ellos tienen que estar por encima como el aceite para ganar dinero y más dinero sin darse cuenta que el público no tiene comportamientos predecibles de ratas de laboratorio sino que escoge lo que más le gusta y eso no es siempre la oferta de Tele 5, muchas veces elegida de entre lo menos malo.

 

Con respecto a “Lalola”, genial y original el argumento, otro formato de éxito más adaptado de la televisión argentina; soberbia interpretación de Marina Gatell, la actriz que da vida a la protagonista “Lola”, metida de tal forma en el papel que apenas se le ven las cualidades femeninas que llevan intrínsecas las mujeres; y magnífica la audiencia que hace lo que le da la gana.


Nota: Imagen obtenida de la web de Formula TV

CONTRAPROGRAMACIÓN, CONTRAPRODUCENTE

En muchas ocasiones, los espectadores hemos sufrido rabia e impotencia al sentarnos en el sofá delante del televisor al darnos cuenta como algo de nuestro agrado programado previamente y anunciado por las cadenas de televisión después de una larga espera de anuncios no se emite, y te tienes que ir a la cama porque no hacen nada que le iguale en entretenimiento sano. Del mismo modo, otros días cuando tenías previsto ver tu segunda serie favorita te enteras que en la competencia emiten la otra que ocupa el primer lugar de predilección en tu gusto televisivo.

A mi por ejemplo me ocurrió esta primavera una noche de miércoles cuando me disponía a ver la serie de Antena 3 “Aquí no hay quien viva” y para mi disgusto haciendo zapping descubro que en Tele 5 emiten “Los Serrano”, cumpliéndose el primero de los casos que he comentado anteriormente. Al final acabe viendo “Los Serrano” pero me sentí víctima de la contraprogramación porque accedí a los intereses de Tele 5 y encima como no tenía vídeo me perdí las locuras de la archiconocida comunidad de vecinos presidida por Juan Cuesta.

Ahora meses después me alegro de la sanción que ha impuesto la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones a Tele 5, por un valor de 350.000 euros, a causa de este hecho. No obstante, no siento entusiasmo porque sea Tele 5, no tengo nada en contra de ella, de hecho me agrada enterarme días después que también se ha interpuesto otras sanciones a Antena 3 y TVE por valor de 67000 y 27000 euros respectivamente por motivos similares. Por desgracia, para perjuicio de la audiencia, la práctica de la contraprogramación se lleva a cabo por todas las cadenas generalistas y muchas más veces de las que se multa.

No entiendo el enfado de las cadenas que achacan estos castigos de la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones a la independencia de la que algunos medios presumen pero no practican. Si la función del gobierno es respaldar a la sociedad española con esta decisión yo me siento amparado. Los telespectadores no somos conejillos de indias para que las cadenas se forren, muchos vemos la televisión no por pasar el rato sino porque nos gusta. Espero que pronto sigan el mismo camino contra la telebasura.

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