CUANDO EL ESPECTÁCULO HACE DELINQUIR A UNA PERIODISTA

Hay que ver a que punto estamos llegando en televisión, los reporteros tienen que jugársela y arriesgar manchar su historial policial para despertar interés entre la audiencia. Sino que se lo digan a Samanta Villar, la reportera del programa 21 días de Cuatro. Samanta ha sido llamada a declarar por un presunto delito de cómplice de robo, tras grabar un reportaje de chabolistas, en la que la periodista acompañaba en su día a día a una familia gitana, colaborando hasta incluso con ellos en la sustracción de unos hierros a una empresa sevillana.

 

En el reportaje, se podía ver como Samanta conducía la furgoneta utilizada en el robo, así como a la reportera vigilando en actitud nerviosa en el momento de cargar en la furgoneta el material sustraído.

 

Sin duda Samanta puede presumir de haber roto moldes en la forma de hacer reportajes para televisión en España, sin embargo debería de aprender a decir no a hacer cierto periodismo que, a veces, roza la inmoralidad y hasta incluso el delito.

 

Imagino que tras hacer un programa de reportajes como 21 días, Samanta continua haciendo este tipo de periodismo de forma vocacional, porque le gustan los reportajes de denuncia social, y que podría decir no a ponerse a robar chatarra, fumar porros, fregar retretes por 4 euros al día o enfrentarse a una dura jornada de trabajo en la recolección de la fresa tras haber dormido casi a la intemperie.

 

En otros casos, este tipo de prácticas basadas en superar el límite de la legalidad o el ridículo, como la famosa pregunta mamporrera del programa “Se lo que hicisteis…” no sale de los propios reporteros sino de los directores de ciertos programas, productoras o cadenas que no tienen escrúpulos a la hora de mandar hacer este reporterismo a gente joven ilusionada con su profesión, que empieza, y se ve obligada a realizar estos encargos para conservar su puesto de trabajo.

 

Nota: Imagen tomada de la Web de Formula TV