LA CAJA DE MI VIDA
Me llamo Jesús, tengo 24 años y soy diplomado en Biblioteconomía y Documentación. Durante mi niñez viví en una pequeña localidad de Soria en la que me crié hasta los 14 años, edad en la que marche a la ciudad para continuar mis estudios. A partir de entonces, los fines de semana y en cuanto puedo me escapo para reencontrarme con mi entorno y aprovechar durante más tiempo de la caja de mi vida, la televisión (aunque la programación del fin de semana deje un poco que desear).
La circunstancia de vivir en una zona despoblada transformó muchos días que presagiaban ser aburridos pegados a esa caja con imágenes y voz grabados para siempre en mi memoria.
Recuerdo como la caja tonta a la vez que me divertía, lograba duelos difíciles, como reunir a toda mi familia en torno a ella en el salón viendo por ejemplo el Un, Dos, Tres o a mi pandilla con la merienda, los deberes y Barrio Sésamo. Esos y otros momentos entrañables que la televisión me ha regalado se sucedieron de forma paralela a otros hechos de mi vida y están presentes en ella.
Mi interés y afición por el tema, mis exigencias como humilde espectador y la práctica de la escritura me han lanzado a empezar este blog para encontrar un hueco, que otras preocupaciones de la edad adulta han robado a la televisión, en mi memoria.
La circunstancia de vivir en una zona despoblada transformó muchos días que presagiaban ser aburridos pegados a esa caja con imágenes y voz grabados para siempre en mi memoria.
Recuerdo como la caja tonta a la vez que me divertía, lograba duelos difíciles, como reunir a toda mi familia en torno a ella en el salón viendo por ejemplo el Un, Dos, Tres o a mi pandilla con la merienda, los deberes y Barrio Sésamo. Esos y otros momentos entrañables que la televisión me ha regalado se sucedieron de forma paralela a otros hechos de mi vida y están presentes en ella.
Mi interés y afición por el tema, mis exigencias como humilde espectador y la práctica de la escritura me han lanzado a empezar este blog para encontrar un hueco, que otras preocupaciones de la edad adulta han robado a la televisión, en mi memoria.
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